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El auge de los empleos verdes.

En la próxima década cientos de miles de nuevos trabajos estarán vinculados a esta etiqueta.

La recuperación verde produce más empleos que la de los combustibles fósiles.

La intensidad laboral en el caso de la energía solar fotovoltaica es hasta tres veces mayor que hacerlo en la industria tradicional.

Costará recuperar la normalidad tras año y medio de pandemia. En paralelo a la salud como bien indispensable, la recuperación económica y social se centrará en la generación de empleo, especialmente el de los colectivos más vulnerables como los jóvenes, las mujeres y los mayores de 52 años. 

Atendiendo a los distintos planes presentados para sacar la economía del foso del Covid-19, en la próxima década los negocios y actividades sostenibles tendrán a su disposición todo un campo de ayudas y apoyos sobre sus competidores que hacen inevitable decantarse por el cambio. Son al menos medio millón de empleos nuevos según el Instituto de Estudios Económicos o, según el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), entre 253.000 y 348.000 empleos netos cada año.

A partir de este verano se prevé la llegada de 69.528 millones de euros en fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

El plan se concreta en fomentar todo lo relacionado con la movilidad sostenible, la rehabilitación de vivienda y regeneración urbana, instalación de techos solares y puntos de recarga, nuevas infraestructuras de gestión de residuos. La idea es que esos primeros 27.000 millones de euros sean capaces de mover la economía y el consumo de los hogares para crear más de 300.000 puestos de trabajo este año.

Además del desembolso histórico de recursos, a favor de los cómputos más optimistas está el hecho de que los economistas estiman que la recuperación verde produce más empleos que la de los combustibles fósiles. La intensidad laboral (la cantidad de empleo por unidad de energía producida) de las fuentes renovables es, sobre todo en el caso de la energía solar fotovoltaica, hasta tres veces mayor que hacerlo en la industria tradicional.

Fuente: El Mundo